Una buena rutina debe comenzar antes del examen, estudiando diariamente y durmiendo las horas necesarias
Ni que decir tiene que para superar con éxito un examen necesitas estudiar. Con esto no nos referimos a una pasada de lectura o a un atracón dos dÃas antes de la prueba. Si quieres sacar unas notas extraordinarias, es preciso que dediques unos minutos al dÃa a cada asignatura, pasando los apuntes a limpio, ampliando los conceptos que han quedado incompletos o repasando aquello que no ha quedado claro.
El dÃa antes del examen es imprescindible descansar, permitiendo al cuerpo que duerma, al menos, ocho horas. De esta forma tan sencilla conseguirás que el organismo almacene energÃa, la cual permitirá que nos concentremos y podamos con el esfuerzo mental que supone cualquier examen.
Una vez te hayas levantado, aseado y desayunado, podrás repasar los apuntes si lo crees necesario, aunque es importantÃsimo que antes de que comience la prueba dejes todos los temarios a un lado y te concentres, realizando unos ejercicios de meditación, respirando profundamente y pensando que estás preparado y que puedes con todo.
Cuando el profesor entregue el cuestionario, dedica un minuto o dos a leer el examen y las preguntas que en él se plantean. Puede que alguna sección te vaya a llevar más tiempo que otras, por lo que siempre debes realizar este proceso si quieres completar tu ejercicio dentro del tiempo marcado.
Comienza contestando aquellas preguntas que mejor te sepas y que más rápido puedas completar, realizando previamente un esquema siempre que la respuesta sea abierta. En él debes señalar las ideas generales, los puntos fundamentales a tratar y el guión a seguir. Posteriormente continúa con el resto de preguntas que sepas contestar o por aquellas que valgan más puntos o sean más largas.
No creas que estás teniendo un mal dÃa o que eres más torpe que tus compañeros si no entiendes una pregunta a la primera. Normalmente los exámenes suelen contener cuestiones confusas para confundir y sembrar la duda entre el alumnado. Lee la pregunta tantas veces como sea necesario hasta que identifiques aquello que pide el profesor.
Ni que decir tiene que debes estar concentrado en todo momento, pudiendo realizar algún ejercicio de meditación o respiración durante la prueba si lo consideras necesario.
Una vez finalizado el examen, abandona el aula y no comiences como loco a comprobar las respuestas, ya que, además de que no te servirá de nada, creará en ti una sensación de pesimismo, nerviosismo y estrés.
Fuente: Universia